3. Breve aproximación histórica

Los primeros apuntes sobre la Virgen de la Peña se encuentran en el Libro de la Montería, año 1345, elaborado por encargo del rey Alfonso XI. En él se dice que "Sancta Maria de la Peña es buen monte de oso en invierno, et en verano. Et es la voceria por cima de la sierra de Sancta Maria. Et son las armadas, la una en el valle de Aguilar, et la otra en el Alcornocosa". Posiblemente, desde los primeros tiempos de la Reconquista ya existía allí algún pequeño santuario con esta invocación, tan antiguo como la famosa Venta del Peral por lo menos. Probablemente en el inicio fuese un torreón fortificado de vigilancia de los Pereiros, controlando el paso de Sierra de Gata, ya que en el año 1182 el Rey Fernando II de León cedió a la Orden Militar de San Julián del Pereiro, que tenía como escudo de armas un peral silvestre, pardo y sin hojas, los derechos de portazgo del puerto de Perodiçola. Este impuesto se cobraba principalmente a los ganaderos trashumantes por el paso de sus rebaños hacia el norte o hacia el sur de la sierra, y era una gran fuente de ingresos para la Orden, por tanto, debía estar bien vigilado. Con estos nuevos propietarios, el puerto cambió de nombre y pasó a llamarse Puerto del Pereiro, del que derivó hasta el actual nombre: Puerto de Perales. Unos años más tarde, por el 1212, las tropas del Rey Alfonso IX de Leon reconquistan definitivamente el norte de Cáceres a los musulmanes, quedándo prácticamente toda la Sierra en manos de la Orden de San Julián del Pereiro, que se cambió el nombre para llamarse Orden de Alcántara. En poco tiempo tuvo lugar la repoblación definitiva de la zona y se otorgaron los primeros fueros, que dieron origen a la mayoría de las  poblaciones actuales. Este torreón de vigilancia, al perder el valor extratégico en esta nueva era de paz, posiblemente se re-acondiciona y convierte en santuario, dedicado a Ntra. Sra. la Virgen de la Peña.

Pero, ¿en que fecha tiene su origen la construcción?. No existe una fecha exacta, ya que tanto los archivos parroquiales como los municipales fueron destruidos durante la guerra de la Independencia. La construcción actual la datan entre los siglos XVII y XVIII, aunque la tradición oral peraliega fija su construcción en el siglo XVI (año 1530), y señala, que tan sólo 25 vecinos de Perales realizaron o costearon su construcción. Puede ser que la construcción se realizase en varias fases, ampliando o mejorando las últimas sobre las primeras. De lo que si se tiene constancia es de algunas noticias del siglo XVI referidas a la Virgen y su ermita. Cuentan que no existía entonces cofradía, sólo una mayordomía que se renovaba anualmente y encargaba del cuidado de la imagen, el mantenimiento de la ermita y la administración de las fincas, que con el paso del tiempo fue acumulando capital con frutos de donaciones y legados de los diversos devotos. Con frecuencia esta mayordomía y la de los Santos Mártires (vinculada a otra de las ermitas existente por entonces en Perales del Puerto) se veían obligadas a socorrer diversas necesidades. En 1589 le presta 10.037 maravedises al Concejo, en 1634 viendo el visitador el estado de ruina en que estaba el hospital que no tenía rentas ni dinero alguno, ni limosnas con que repararlo, manda al mayordomo de Ntra. Sra. de la Peña que de a los alcaldes del lugar dos mil maravedís para que lo arreglen. En esta misma visita se dan órdenes para que se proceda a reparar y adecentar la ermita y el retablo de la imagen de la Peña. De este siglo XVII se estima puede ser la imagen actual de la Virgen.

Por los finales del siglo XVIII, la ermita era el centro de devoción de toda la Sierra de Gata, ya que, como indicaba Tomás López en su obra La Provincia de Extremadura al final del siglo XVIII, hasta este lugar "concurren todos estos pueblos en sus necesidades y sus romerías". Su celebración era y sigue sigue siendo, el segundo lunes después del Domingo de Resurrección o lunes de octava de Pascua. El citado día acudían a la ermita en peregrinación y en romería no sólo los vecinos de Perales del Puerto, sino también los de Cilleros, los de Hoyos y los de otros pueblos de Sierra de Gata. Los romeros se concentraban en el gran descansadero de la Cañada Real de Jálama, junto a la Ermita, y alrededor del púlpito u hornacina labrado en roca, desde el cual el cura oficiaba las misas en las romerías.

La siguiente noticia que tenemos de la ermita aparece reflejada en el Interrogatorio de la Real Audiencia de Extremadura, Partido de Coria, realizado con fecha 8 de marzo de 1791, que cuenta lo siguiente sobre la población de Perales del Puerto:  "Ay tres hermitas, dos a la entrada y salida del pueblo, las que se hallan al presente algo deterioradas y destruidas en parte, y la otra dias de este pueblo cosa de una legua en una sierra con la advocacion de Nuestra Señora de la Peña, ymagen de mucha devocion del pueblo y los vecinos de el, a esta se concurre a hacerle su fiesta el primer lunes despues de resureccion, solo se concurre a una dos veces en el año a decir misa y hacer procesion dia de los Martires y el de San Gregorio, no se nota ser ocasion de quimeras estas fiestas; dos de estas hermitas se hallan con algunos bienes raices, la de Nuestra Señora de la Peña tiene ochenta pies de olivos y la de los Santos Martires setenta y quatro, no recojen otras limosnas mas que el producto de los insinuados bienes; no residen en ellas hermitaños, aunque por lo correspondiente a la de Nuestra Señora de la Peña tiene su hermitaño, este solo sirve de ir semanalmente o quando le acomoda a asear el santuario y le nombra el señor parroco de este pueblo".

Cuentan en Perales del Puerto que la ermita fue destruida durante la guerra de la Independencia, coincidiendo con el período de la ocupación militar francesa en esta zona, y posiblemente sea cierto. El 27 de Marzo de 1809, tropas del general francés Lapisse, acuarteladas en Ciudad Rodrigo, descienden el puerto de Perales con destino el puente de Alcántara. En la población de Hoyos descubren ocultos al obispos de Coria y de Tuy, que tuvieron que huir y esconderse primero en Valverde del Fresno y después en Villanueva de la Sierra. Esta podría ser la primera vez que los franceses quemaron la iglesia Parroquial de Perales. Marchados los franceses, el peligro desapareció de la comarca, pero no por muchos días. A finales del Abril, las tropas del general francés Lapisse, camino desde Ciudad Rodrigo a Portugal, a su paso por Trevejo dinamitaron el castillo, donde había una compañía de soldados inválidos, no aptos para el combate pero si para la defensa. Pero lo peor aún estaba por llegar. A finales de Julio de 1809, tras la batalla de Talavera de la Reina, el mariscal francés Soult se retira hacia Plasencia y toma también posiciones en el Puerto de Perales, vía estratégica en el paso entre la meseta castellana y el río Tajo, estableciendo un regimiento en la población de Perales del Puerto. Durante todo el mes de Agosto las tropas francesas se desparraman por los pueblos vecinos para intentar acabar con cualquier intento de insurrección y como no, también en busca de botín, saqueando las poblaciones y robando prácticamente toda la plata de las iglesias: Gata, Robledillo, Villamiel, y Perales. Las tropas francesas probablemente saquearían y quemarían por segunda vez la iglesia Parroquial de Perales del Puerto, incluidos los archivos parroquiales y municipales. También saquearían la ermita de la Virgen de la Peña, y según dicen algunos, llegando a quemar la imagen de la Virgen en la Plaza del Reloj de dicha población, aunque este último apunte no parece del todo creible cuando los expertos datan la actual imagen de la Virgen de la Peña en el siglo XVII. Y el 29 de Agosto de 1809, las tropas francesas entraron en el pueblo de Hoyos, localizaron al obispo de Coria don Juan Álvarez de Castro en la casa-palacio y asesinaron a todos los que no tuvieron tiempo de huir, incluido el anciano obispo. Por suerte, en Septiembre de 1809 las tropas francesas ya habían abandonado la Sierra de Gata, estableciéndose en la misma, con cuartel general en San Martín de Trevejo, el ejército anglo-español.

Otra teoría, desde mi punto de vista menos creible y contradictoria, sería que con el paso del tiempo, la devoción por Ntra. Sra. de la Peña fue desvaneciéndose, hasta el punto de perderse definitivamente. Por ello, y por lo alejado y escabroso del paraje, por la desidia humana y no por el saqueo francés, ya que dicen no haberse hallado restos de incendio en los muros, la ermita acabó derruyéndose… ¿Y la imagen de la virgen? Tal vez se la llevaron quienes se mostraron más activos: los vecinos de Perales. Sea como fuere, el abandono de la ermita y el deterioro de la techumbre, bien por efecto del fuego o bien por el paso del tiempo, han hecho mella en la misma. Año tras año, los efectos de la lluvia sobre los muros desnudos acrecentan el estado de ruina de la misma.

Este hecho lo confirmaría unos años más tarde, en 1848, Pascual Madoz en su Diccionario Geográfico Estadístico Histórico, escribiendo lo siguiente sobre Perales del Puerto: "... en los afueras la ermita del Salvador, y al NO. 1 arruinada de Ntra Sra de la Peña …".

Recientemente, se ha construido un nuevo camino hacia la ermita, cementado, que sale desde la carretera que une Perales del Puerto a Cilleros. Solo queda lo más importante, y quizás lo más difícil, un proyecto de reconstrucción que le devuelva el esplendor que tuvo en el  pasado.